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Reseña literaria:
Resalta la pregunta del montón: ¿quién soy? La autora nos deja ver claramente que esta respuesta lleva su tiempo, pero en definitiva marcará nuestro futuro y la manera de relacionarnos con otros.
Explica que debemos partir del «ser» no del «hacer», nuestra sociedad quiere definirnos por lo que hacemos, un ejemplo sería pensar que es más importante un académico en comparación con un panadero.
Fuimos hechos de diferentes capacidades eso forma parte de lo que somos, cuando no estamos seguros de ello, comenzamos a hacer cosas para lo cual no fuimos diseñados, tratando de agradar a los demás e intentando figurar terminamos frustrados, amargados...
Ella narra la experiencia como esposa y madre de cuatro hijos, quería cambiarlos a todos, resultó en distanciamiento familiar; entendió que debía aceptarlos tal cual eran.
Se dan declaraciones de la auto imagen centrada en Dios; cuando comprendemos que somos hechura de Dios, que Él nos ama incondicionalmente, y que así debemos amar al prójimo y sobre todo debemos amarnos a nosotros mismos ¡claro!, sin caer en narcisismo; mientras vivimos nunca nos separamos de nosotros, debemos gustarnos, siempre buscando los cambios y evoluciones constantes; todas esas verdades nos liberan porque aunque sabemos que somos seres imperfectos, podemos fluir con libertad, sentirnos realizados, felices con nosotros y nuestros semejantes.
¡Qué sensación tan maravillosa poder a hacer desde el ser!
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