Este libro se divide en dos partes, en la primera el autor nos muestra a través de estas tres palabras: ¡decláralo! ¡reclámalo! ¡recíbelo!, que hay que añadirle un ingrediente importante en la vida cristiana como lo es la fe; que no es una varita mágica, tampoco omite la realidad...
La fe es creer lo que Dios dice que soy yo, que tengo y que puedo; independientemente de las circunstancias que enfrente o como me sienta, igualmente hay que mantenerse creyendo.
En la segunda parte se plasman cientos de declaraciones prácticas y confesiones, las cuales están agrupadas bajo temas específicos como: confesiones para la sanidad, para tener éxito en la vida, para alcanzar paz y felicidad, para un buen descanso...
Aconseja que sean leídas en voz alta, bien puede ser en forma individual o grupal.
Muchas de estas confesiones aún no se han hecho visibles porque el propósito es creer que se harán una realidad con esfuerzo y dedicación y sin perder la fe.
Es gratificante poder leer todo el libro, en especial la segunda sección en donde se tiene la oportunidad de conocer las declaraciones positivas que nos animan, fortalecen, y nos impulsan a seguir con una mejor actitud ante los grandes desafíos que enfrentamos a diario.