Los hermanos Álvarez Quintero fueron unos maestros del entremés, una modalidad de teatro caracterizada por ser obras de muy reducido tiempo y habitualmente en tono sarcástico, irónico, burlón, pero siempre con el ánimo de sacarle una sonrisa a los espectadores.
«Ganas de Reñir» es un entremés en el que Martirio espera a su novio Julián sentada a la puerta de su casa, pero ese día siente la necesidad de reñir, no porque haya un motivo, no porque Julián haya hecho nada para que la riña sea procedente, sino que simplemente tiene ganas de reñir, porque sí, sin que haya un motivo.
Así, de esta manera, desde que Julián aparece en el escenario, Martirio se mete con todo lo que hace sistemáticamente. En una escena Julián saca una silla nueva y Martirio le riñe, pero la cambia por una silla vieja, y Martirio le vuelve a reñir.
La obra es muy entretenida y muy graciosa, y a todo el mundo le recomiendo que la lea, pues se lee en muy poco tiempo. Y así mismo, le recomiendo que la vea, pero a la hora de hacerlo, como pasa siempre con el teatro, se deben escoger qué actores la van a representar, pues la obra gana mucho con unos actores que sepan sacarle toda la ironía a esta magistral pieza.