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Reseña literaria:
Una niña es obligada a casarse a los catorce años con un sesentón que nunca llegó a hacerla feliz. Ese hombre era muy rico y murió pronto, dejándole toda la herencia a la joven que ya había cumplido las dos décadas.
La joven comienza a tener multitud de pretendientes, pero se da cuenta de que todos iban tan sólo a por su dinero, hasta que, gracias a una prueba que se inventa, llega a poder distinguir el amor verdadero de un hombre, de un poeta, que la quiere por lo que ella era y no por lo que tenía.
La historia en sí no es novedosa, pues es una historia de amor al más puro estilo de Romeo y Julieta, pero la forma en cómo aborda la historia y la forma de narrarla es lo que realmente me cautivó de esta novela.
Además, Galiano haca gala de un vocabulario impresionante, utilizando en algunas ocasiones multitud de sinónimos, tanto en palabras como en frases, pero estos no se hacen «pesados», al contrario, le ofrecen a la obra un valor añadido.
Pero sí hay algo que no llegó a gustarme demasiado es que, en el discurso narrativo, trata al lector como si estuviera hablando con él, implicándolo en un diálogo al margen de la historia, que bajo mi punto de vista hubiera sobrado.
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