En «Las bendiciones del quebrantamiento», puede sonar paradójico que algún sufrimiento proporcione algo positivo a un ser humano; ¡pero es cierto! El autor de este libro nos lleva a la vida de personajes bíblicos como: Moisés, Jonás, Pablo..., quienes necesitaban cambios en sus vidas para poder cumplir el propósito al que Dios los estaba comisionando, los quebrantados no los destruyeron ¡al contrario! los refinaron.
También se presentan algunas experiencias de personas conocidas del autor, que a través de eventos dolorosos comenzaron a dejar de aferrarse a lo que ellos creían que era lo más importante en sus vidas, para así rendirse a los planes divinos.
Podríamos llegar a creer que Dios es un torturador y que le gusta vernos sufrir, pero eso es contrario a su naturaleza, Dios tiene las mejores intenciones con los mortales; cada proceso que Él permite en nuestras vidas no es al azar, ya Él conoce el final, aunque nosotros no lo veamos.
Resaltan dos hermosos poemas, uno sobre el quebrantamiento y el otro sobre el crisol del fuego.
Es un libro dirigido para aquellos que están dispuestos a la renuncia voluntaria, a morir al ego, a no cuestionar los métodos de Dios, los cuales funcionan de manera distinta a la mentalidad humana; son personas que poco a poco van entendiendo que el plan divino es mucho más excelente.