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Reseña literaria:
Federico García Lorca fue un gran aficionado a los toros que padeció en 1934 una gran pérdida, pues en la plaza de toros de Manzanares en Ciudad Real, el torero Ignacio Sánchez Mejías, recibió una cornada de muerte del toro llamado «Granadino».
Federico García Lorca se sintió verdaderamente apenado y conmovido por esta pérdida irreparable y en 1935 publicó su «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías», una de las más sentidas y desgarradoras elegías que he leído nunca, junto a la que Miguel Hernández dedicó a su «compañero del alma» Ramón Sijé.
El poemario está compuesto por cuatro poesías, de las que quiero destacar, sobre todo, la primera de ellas, en la que repite insistentemente «a las cinco de la tarde», dando a entender con ello la pena y la profunda tristeza que le produjo esa hora fatídica del 11 de agosto de 1934. Mejías murió dos días después.
Lorca, también muestra su profunda pena en su segundo poema al repetir insistentemente el verso «¡Que no quiero verla!», refiriéndose a la sangre del malogrado torero, de la cual dice que brotaba insistentemente.
Un desgarrado, trágico e impresionante poemario que, te hará sentir en tus propias carnes todo el dolor y la tristeza que Lorca puso en los versos de esta elegía que sin duda hay que leer y aprender de este maestro de la poesía.
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