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Reseña literaria:
En «Oraciones de un buscador de Dios», el autor clasifica las oraciones en: oraciones de sabiduría, de lucha, de intercesión, de adoración...
Cada capítulo explica las diferentes oraciones, tomando como referencia las súplicas hechas por los personajes bíblicos y también plasma hermosas oraciones de personajes como: San Francisco de Asís, madre Teresa de Calcuta, Corrie ten Boom...
La oración nos permite comunicarnos con un Dios invisible pero que escucha, «...sus oídos están atentos al clamor de sus hijos».
Es un arma poderosa para todos los practicantes de ella, trae serenidad a todo el ser; de hecho, cuando los expertos dan recomendaciones de cómo controlar el estrés, practicar la oración figura dentro de las opciones.
Para un buscador de Dios la oración no es para nada aburrida, pues nace de un corazón que está en amistad con Dios, tal como las pláticas a gusto con los amigos terrenales.
Soy testigo de que Dios sí contesta las oraciones de acuerdo a su voluntad, propósito y en su tiempo.
Dios está al control del universo, Él en su soberanía cuando no concede una petición también está dando muestras de su amor.
En mi humilde opinión puedo seguir narrando los grandes beneficios que proporciona la oración, pero es la práctica de ella la que nos permitirá realmente comprenderla a profundidad.
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