El Cantar de mio Cid, junto al Cantar de Roldan, son dos de las obras más significativas del llamado Mester de Juglaría, el cual no se destaca por sus autores sino por sus obras, normalmente poemas épicos que ensalzaban a algún héroe real o ficticio.
El Cantar de mio Cid, cuyo título real se desconoce, fue la primera obra extensa de la literatura castellana, pues la misma consta de 3735 versos.
La versión que leí fue una versión «traducida» del castellano antiguo al español moderno para que la obra fuera entendida en la actualidad por todos los lectores que quieran disfrutar de ella, pero aún así Alberto Montaner Frutos, ha sabido conservar ese sabor a clásico en la obra, la cual es verdaderamente un placer leer.
En esta obra, donde habitualmente llaman al Cid Campeador «El que en buena hora nació» o «el que en buena hora ciñó espada» se narran varios acontecimientos de la vida del Cid, siendo su pasaje más relevante la boda entre los infantes de Carrión y sus hijas doña Elvira y doña Sol, y cómo resuelve el Cid la afrenta que le hacen sus yernos al maltratar y abandonar a sus hijas, pues lo hace con una maestría e ingenio, propia de los grandes entre los grandes.