La Guerra de Secesión ha terminado y con ello el Gun Club, un selecto club donde se reúnen los amantes de las armas, de las bombas, pierde su funcionalidad, pues ya no hay guerras en las que experimentar sus creaciones. Así el presidente del mismo Impey Barbicane, propone al Gun-Club enviar una bala a la Luna, propuesta que es aceptada por todos de buen grado, sobre todo por el secretario del club y gran amigo de Barbicane, J. T. Maston.
Tras esto se comienzan a plantear todos los problemas que pudiera tener esa misión, pero el presidente Impey Barbicane supera todos los obstáculos y consigue recaudar los fondos necesarios para su propuesta provenientes de numerosos países.
El capitán Nicholl no aprueba esa misión y apuesta a que esta fallará, mas, el francés Michel Ardan, no sólo es que sí piensa que la propuesta tendrá éxito, sino que propone ir él como viajero en esa expedición, convenciendo finalmente a Barbicane y Nicholl a que le acompañaran en el viaje.
Pero lo que no llegaron a solucionar, pues ni siquiera lo habían pensado, es el resultado final que obtendrían, totalmente fuera de sus directrices.
Aunque la novela acusa el paso del tiempo, pues toda la tecnología de la que habla está muy desfasada actualmente, la esencia sigue intacta, siendo un libro entretenido de recomendada lectura.