Como la mayoría de las obras clásicas de teatro, el argumento está un poco desfasado, pues bastantes de los valores sociales y morales han cambiado, pero entendiendo la obra en su contexto de principios del siglo XIX, podemos decir que es una gran obra que todo el mundo debería ver o en su defecto leer.
La obra está escrita en un lenguaje sencillo, sin artificios, o por lo menos la transcripción de la obra que se puede adquirir en estos momentos así es, cosa que facilita su lectura y entendimiento.
El sí de las niñas, comienza planteando la boda entre doña Francisca, la cual es una joven de 16 años que ha sido educada en un convento, la cual, por deseo de su madre, está prometida con un señor de 59 años, don Diego, pero la joven no lo ama, pues está enamorada de un joven soldado de su edad. Mas Rita, la criada de Francisca ayuda a la joven pareja para que puedan estar juntos y así se pueda anular el casamiento al que se ve abocada la joven y que no desea.
Una típica trama de enredos con trasfondo amoroso que siempre es sinónimo de garantía, más aún en la época en que fue escrita esta obra.