Lovecraft es un prolífico cuentista en el que los temas de horror y/o misterio están presentes en multitud de sus cuentos.
En La bestia en la cueva, nos habla de una historia que, si bien no es nueva, la trata con su punto de vista y ello le imprime su sello.
La lectura se hace rápida, pues a la facilidad del léxico se le une que, al ser un cuento, son muy pocas las páginas las que componen la obra.
La Bestia en la cueva, comienza con una persona que se ha perdido, extraviándose del grupo con el que iba, en soledad y a oscuras comienza a escuchar un sonido que asocia con un animal de cuatro patas, bien podría ser un depredador que venía comérselo, pero en ocasiones se percata que ese «animal» se sostiene sobre dos patas, algo que le llega a desconcertar.
Se prepara para recibir la visita de ese ser, cogiendo algunas piedras, aunque entiende que poco sería ante aquel ser del cual no podía saber sus proporciones.
Finalmente logra salvarse, pero Lovecraft al final del cuento nos plantea que ese «malvado» ser en algún momento había sido un hombre, o quizá aún podría ser un hombre. Quizá otra persona extraviada en la inmensa Cueva del Mamut.