El autor utiliza una narrativa que no es la que sigue la normalidad en el ámbito cristiano, por lo tanto, hay que ir leyendo cuidadosamente para no caer en enredos ni confusiones en los términos, lo mismo aplica para la interpretación de cada carta.
Se está viviendo en la segunda guerra mundial, y Escrutopo que es un demonio experimentado, le va dando instrucciones a Orugario su sobrino para que haga caer al Paciente, quien es un joven nuevo en la fe cristiana; también intervienen en cada ataque otros demonios como: Gluboso, Babalapo... todos unidos para entregarle un alma al Padre de las profundidades (Diablo).
Entre las tantas tácticas que le va enseñando: hacer que se decepcione de la iglesia, esto lo mantendrá alejado de ella o sino deambulando por muchas, es decir el asunto es no dejarlo echar raíces en el cuerpo de Cristo que es la iglesia; que no practique la oración y si lo hace que sea puro formalismo; crear un ambiente de discordias con los más cercanos; hacerlo sentirse a gusto en la tierra acumulando cosas terrenales; que no discierna lo corto de sus años.
Este libro es fabuloso porque cuando los demonios creían que habían logrado el cometido, el Enemigo (Dios), le daba la victoria al Paciente.
He sido gratamente edificada con la lectura y creo que es un clásico recomendable.