En un principio, el título nos puede llamar a engaño, pues la verdad es que no son cuatro cuartetos como se entienden en la poética, sino cuatro poemas largos divididos en varias secciones cada uno, compuestos en años diferentes y con unas temáticas totalmente diferentes.
Los versos utilizados son de rima blanca y, además, heterométricos, con tanta diferencia en los versos como que en un verso podemos contar dieciséis sílabas métricas y en el siguiente tan sólo cuatro en una sola palabra. Esto complica grandemente la lectura y mucho más la recitación, llegando a perderse gran parte de su musicalidad y ritmo interno. Pero lo dicho hasta aquí, no quita que este poemario de T. S. Eliot, esté considerado mayoritariamente como el mejor poemario de este poeta estadounidense, aunque realmente para gustos están los colores.
Tras leerlo no me transmitió grandes cosas, sentimientos, imágenes… lo encontré un poemario bastante plano en este sentido, y cuando un poemario no te transmite nada, no está cumpliendo bien su misión.
La traducción que leí la realizó José Emilio Pacheco, y siempre hay que mirar al traductor de una obra cuando esta no está escrita en la lengua en que estás leyendo las poesías. Aun así, es una lectura que se debe abordar para poder tener una visión de conjunto de toda la poética mundial.