Doña Rosita es una bella joven enamorada de un galán que debe ausentarse de su lado por varios años. Al partir ambos se profesan amor eterno y prometen esperase hasta que vuelvan a juntarse y así poder casarse y vivir su amor hasta el final de sus días, pero nada ocurre según lo previsto.
El joven, muy lejos de doña Rosita, se enamora de otra mujer y se casa con ella, aun sin decírselo a su enamorada en la distancia. En cambio, doña Rosita lo espera todos los años que el joven se ausenta. Su madre le aconseja que busque a otro hombre que la quiera y se case con él antes de que se le pase «la flor», pero doña Rosita no quiere romper la promesa que le hizo al joven y lo espera hasta que se entera que está casado y, evidentemente, ni va a volver ni se va a casar con ella, convirtiéndose en una solterona, y con ello con un humor que se le ha agriado un poco.
La obra se lee ágilmente pues Federico García Lorca es todo un mago de las letras, y el vocabulario está cuidad en todos los sentidos, pero esta es una de esas obras que ha envejecido mal, dado el planteamiento de la misma y su forma de resolver el drama.
No te la pierdas.