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Reseña literaria:
Dentro de las leyendas que escribió el gran Gustavo Adolfo Bécquer, esta, El beso, la cual, es quizá una de las más bonitas, pues nos muestra claramente cómo una persona puede sentir admiración por otra e incluso estar enamorado de ella en silencio, pero no profanar a esa persona amada o a su recuerdo, ya esté viva o muerta.
La historia es tan simple como genial. Un hombre estaba «enamorado» de la belleza de una estatua del cementerio que estaba arrodillada con las manos en postura de rezar. Se lo comentó a unos soldados amigos y estos quisieron ver si realmente era tan bella esa estatua como decía el enamorado. Así un día, tras haberse dado cita con el alcohol, deciden ir a verla y comprueban que, realmente es tan bella como era alabada y todos quedan prendados de ella.
Mas, cerca de esa estatua había otra de un galán que, de pie junto a ella, era la de su enamorado en vida.
Uno de los soldados que fueron a ver la estatua de la bella mujer, quiso besar la misma en la boca, y esto desencadenó el trágico final del relato.
Si este relato tiene moraleja, la misma debe ser que no debes profanar la memoria de nadie, aunque esté tallada en frío mármol.
Léela, te gustará.
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