La novela comienza con el protagonista, Carrizales, gastándose todo su patrimonio y una vez perdido, se fue a América de donde volvió inmensamente rico.
Al llegar, con 68 años, se enamora de Leonora, una niña de 14 años. Ofrece a los padres inmensos parabienes y una gran dote para la niña, consiguiendo que se la «cedan» para casarse.
Carrizales, le construye a Leonora una hermosa «jaula de oro», pues su casa la redobla de cerrojos, y para que atiendan a su esposa contrata a numerosas criadas y esclavas, todas mujeres menos un esclavo negro.
Pero, un joven bribón quiso yacer con Leonora y buscó la manera de llegar hasta ella, y la noche que estuvieron juntos, Carrizales los pilló, y a pesar de la infidelidad que presintió de su joven esposa, quiso darle a esta un escarmiento ejemplar.
Hizo llamar a los padres de su joven esposa y ante ellos, dijo que quería que viniera un notario para redactar un nuevo testamento en el que le dejaba todos sus bienes sin excepción a su joven esposa y a la persona con la que ella decidiera compartir su vida, incluso aquel truhan que mancilló su amor.
No me esperaba un final así y de verdad que me pareció la muestra de amor más grande que una persona pueda rendirle a otra. De imprescindible lectura.