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Reseña literaria:
Fahim nació en 2000 en Blangadesh, vivía feliz con sus padres y hermanos en un hogar de clase media; a los cinco años su padre, fundador de un club de ajedrez lo invita al lugar, allí nace su interés por el juego, llegando a convertirse en el jugador más joven en ganar trofeos y medallas, apareciendo en periódicos y televisión de su país. Cuando tenía ocho años su vida cambió. Llegaron fuertes amenazas de secuestro, unas personas malintencionadas no soportaban el progreso del club y los triunfos del niño; Nura, su padre, decide dejar la familia y viaja con Fahim a Francia, donde comienza a ser conocido por sus habilidades, pero también surgen las desesperaciones para obtener residencia permanente ya que siempre resultaba infructuoso; fueron cuatro largos años donde Fahim y Nura vivieron en diferentes sitios, experimentaron calamidades, pero siempre hubo manos amigas como: Xavier su maestro de ajedrez quien nunca le cobró por entrenarlo, además de otros buenos samaritanos...
A los doce años Fahim gana el campeonato de Francia, esa noticia llegó a oídos del primer ministro, y se le otorgó la residencia permanente y el reencuentro con su familia.
Esta historia contiene lenguaje propio del mundo del ajedrez. Lo que más me conmueve es el padre de Fahim, un amor de entrega y sacrificio para proteger y hacer brillar a su hijo.
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