Edith nacida en Eslovaquia de padres judíos, su vida transcurría tranquila entre las clases de ballet y tareas escolares hasta que los nazis invaden su territorio; a los dieciséis años es trasladada junto con sus padres y su hermana Magda al campo de concentración en Auschwitz, al llegar sus padres mueren en la cámara de gas, el encargado del lugar le gustaba entretenerse con las que llegaban, Edith tuvo que bailar para él; Magda y ella vivirán horrores: corte total de cabello, desnudez pública, extraccion de sangre, escasez de alimentos, caminatas interminables ¡sí se caían las mataban!..., era piel y huesos cuando fue encontrada en medio de un montón de cadáveres. ¿Cómo lograron sobrevivir?, ella sacó fuerza de su interior y creyó que sería liberada.
Luego se casa, pero los fantasmas del pasado la atormentaban; conoció a un psiquiatra y otros terapeutas que la guiaron para sacar el dolor interno, paralelamente se graduó de doctora en psicología clínica, en la medida que ha tratado a sus pacientes sigue recibiendo ayuda para su sanación, es algo con lo que tendrá que lidiar siempre, el punto es no caer en el victimismo sino seguir.
Este libro habla mucho de terapias psicológicas e historias de algunos pacientes de Edith; una narrativa sensibilizadora que nos enseña que si se pueden tener momentos felices, aún después de los sufrimientos vividos.