Edgar Allan Poe es extremadamente valorado con este relato corto de corte sobrenatural más que de terror, pero subjetivamente y bajo mi opinión, no es de lo más bueno que he leído de Poe, pues deja muchos cabos sin atar, y los finales abiertos nunca me han gustado.
La historia comienza cuando un hombre joven es invitado a la casa de un amigo de la infancia, el cual vive recluido en su casa con su hermana, pues está aquejado de una enfermedad indefinible que, parece ser que se lo está comiendo por dentro. La historia da un giro total cuando quien muere es la hermana del amigo, Lady Madeline.
Entre ambos hombres llevan a la mujer en un ataúd a una cripta que hay en los sótanos de la casa, y allí el amigo le confiesa que su hermana y él don mellizos.
La trama se ve abocada a su fin cuando, al cabo de siete u ocho días, la hermana aparece amortajada y ensangrentada en la puerta de la habitación donde se encontraban ambos hombres y a partir de aquí viene un inesperado y fantástico final.
La obra está escrita con pulcritud y cuidando los detalles en la narración, la cual te conduce magistralmente por los entresijos de la misma, dejando con ello patente la habilidad de Poe para contar sus historias.