Rosalía de Castro es una poeta de la cual, he leído poemarios que corte social o cuando menos en un tono crítico, pero este poemario que nos ocupa, La flor, me ha sorprendido gratamente, pues en él abandona esta tendencia y se aferra a unos poemas suaves, amorosos, sensuales, con un hilo conductor, la flor, término e idea que aparece reflejado en numerosas ocasiones en muchos de los poemas del poemario, tratándola en numerosas de sus vertientes o facetas.
Las poesías de este poemario tienden a tener una extensión considerable y además utiliza la métrica y la rima de manera habitual, utilizando estrofas como la redondilla, la quintilla, e incluso una variación del serventesio en el que utiliza un pie quebrado en los versos pares.
Quiero destacar la poesía «La rosa del campo santo» con la que cierra el poemario, tanto por su larga extensión como por la fuerza de sus versos para expresar el discurso poético; pero, además, por la particularidad de que utiliza numerosas estrofas diferentes para componerla, extremo este que no es demasiado habitual en el mundo de la poesía.
Bajo mi punto de vista, es un muy bello poemario de esta poetisa gallega, que hará las delicias, tanto de sus seguidores, como de los amantes de la buena poesía.