«La obra maestra» toca mucho los pasados de los personajes sobre todo los de Román y Grace.
Él es un pintor famoso, adinerado, que pasó hasta los 15 años huyendo de hogares sustitutos. Cae preso y es llevado a una granja correccional, allí lo encaminan en el talento que Dios le ha dado, es un hombre resentido, iracundo, siente que algo le falta. Cuando está muy cargado busca adrenalina pintando grafitis en la ciudad, esta fechoría la hace de manera oculta y siempre firma como BRD, la policía lo busca como el pájaro.
Grace es una chica encantadora, inteligente, disciplinada, trabajadora, madre soltera, ella se convierte en la asistente personal de Román; su pasado es difícil ya que cuando tenía siete años su padre mató a su padre y luego se suicidó, es criada por una tía, los primeros meses de aquella experiencia dormía en el clóset porque se sentía más segura, hasta que una noche Jesús la visita y todo su temor se disipó, sin embargo, de adulta sigue arrastrando muchas cosas.
En el recorrido de la trama se irán visualizando los progresos en las conductas de los personajes, gracias a que aprenderán a dejar sus cargas al Señor de los cielos, quien los ama incondicionalmente, y aunque se sientan vulnerables e imperfectos siguen siendo la obra maestra de Dios, al igual que nosotros.