El autor, Leopoldo Alas «Clarín», en este relato corto, quiere plasmar de manera clara y directa, cómo podría vivir la muerte y el entierro de una persona, esa misma persona, es decir, como podría vivir su propia muerte y entierro.
El mismo muerto es el que se amortaja a sí mismo, pues es como si el espíritu del muerto se hubiera metido dentro del amortajador, y durante el velatorio ocurren bastantes cosas que el muerto no hubiera esperado, aunque realmente son todas muy previsibles, como que su mujer le era infiel con su mejor amigo, y otros estereotipo por el estilo.
La obra no está del todo mal, pero «Clarín» podía haberle sacado más jugo al argumento e intentar que el mismo fuera más imaginativo, sugerente, llamativo, pues cuando leo una obra en la que siento que es previsible lo que va a ir ocurriendo, llego a perder bastante el interés por la misma.
De otro lado, este relato corto está escrito de manera impecable, pues «Clarín», sin lugar a dudas, es uno de los grandes de la literatura española y en español.
Si eres seguidor de este gran escritor, realmente es una lectura imprescindible, y si no eres seguidor, cabe comentar que este gran autor tiene obras mucho mejores.