Este poemario, Proclama de un solterón a los que aspiren a su mano, hay que entenderlo en el contexto de la época en que fue publicado, a principios del siglo XIX, pues igual en la primera cuarta parte del siglo XXI, en la que estamos, tendría algún «pero» que superar.
Técnicamente el poemario es perfecto, está compuesto en su totalidad con octavas reales estrictamente correctas en todos los sentidos. El lenguaje que en estos momentos podría calificarse de algo «arcaizante», evidentemente, es el habitual en el momento de se compuesto el poemario. Además, Vargas Ponce, hace gala de un gran vocabulario y expresiones de todo tipo, debiendo en algunas ocasiones recurrir a los pies de página para explicar algo que el poeta piensa que debe ser explicado para entender mejor su composición.
Mas, es en el discurso poético en el que encontramos dos partes bien diferenciadas. Una de ellas es la visión que tiene el poeta sobre el matrimonio, siempre entendiendo el matrimonio de la época en que se compuso el poemario. Y la segunda parte bien diferenciada, es lo que el poeta les pide a las posibles candidatas que quisieran casarse con él, siendo estos requisitos, lo que quizá, dependiendo de quien lea el poemario, podrá estar de acuerdo o no.
De cualquier modo, es un poemario que se deja leer muy bien.