Desde que descubrí a Amado Nervo hace muchos años con la poesía «El día que me quieras», soy un fiel seguidor del mismo y atesoro sus poemas y sus poemarios, pues los encuentro muy espirituales, sinceros, amorosos, emotivos y llenos de buenos sentimientos.
Y, este poemario no es la excepción, y aunque no he encontrado en el mismo esas poesías que siempre se destacan dentro de cualquier poemario, sí que he encontrado un buen ramillete de poesías llenas de dulzura, calor y amor de todo tipo, y sobre todo muy espiritual. Amado Nervo se caracteriza por que dentro de su poética podemos encontrar muchas poesías que hacen referencia a Dios en cualquiera de sus ámbitos, y también poemas que hablan de la relación del hombre con Dios, reflejando en este poemario y en todos, su relación con Dios y lo importante que es para su día a día.
Su poesía en este poemario es mayoritariamente blanca y libre, pero con ese encanto y esa cadencia sonora que, convierten sus poemas en una grata suerte de versos llenos de armonía. Su registro a la hora de comunicar su discurso poético, es culto y muy culto, siendo propenso a utilizar cultismos, los cuales salpican su obra en bastantes poemas.
De cualquier manera, es un poemario del cual aconsejo su lectura, pues es muy grato de leer.