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Reseña literaria:
Es el primer libro de la serie La marca del León, con una narrativa de ficción cristiana realmente encantadora; se inicia el año 69-70 d.C durante la destrucción del templo en Jerusalén por el general romano Tito. Ambientada en Jerusalén, Roma, Germania y Efeso, Francine da vida a algunos personajes bíblicos, y también crea los nuevos rostros que vienen cargados de grandes lecciones tanto morales como espirituales.
Hadasa es una jovencita judía, toda su familia murió durante la toma de Jerusalén, entonces es deportada a Roma y vendida como esclava en casa de Décimo quien tiene dos hijos: Julia una chica caprichosa la cual Hadasa debe servirle a tiempo completo. El otro es Marcus un joven muy liberal. Por otro lado, los romanos capturan a un cacique joven de una tribu germánica llamado Atretes y lo convierten en gladiador. Al tiempo Julia se enamora de Atretes y Marcus de Hadasa, pero son amores imposibles que deben sobrepasar rangos sociales, intrigas, creencias religiosas..., Hadasa encuentra compañía en la voz apacible de Dios que le susurra a su espíritu y la guía a hacer la voluntad del cielo; Julia cegada por la maldad finalmente la envía a la arena el lugar donde muchos cristianos en el primer siglo fueron comida de leones.
Se devela el comienzo del segundo libro donde Hadasa con partes destrozadas ¡aún continúa viva!
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