En 1946 Camilo José Cela realizó un viaje a la Alcarria, el cual noveló y publicó en 1948.
El libro acusa muchísimo el paso del tiempo, pues el viaje lo realizó siete años después de que acabara la Guerra Civil Española, y muchas cosas que narra ya no existen hace muchísimos años, dejando el libro absolutamente desfasado. Además, no lo considero una novela costumbrista, pues no narra una las costumbres de ningún lugar, sino que narra «al salto de la mata» cosas que le fueron pasando en su viaje, reales o noveladas en extremo, eso nunca lo podremos saber.
En el libro no se dice su nombre nada más que en una de mas innumerables poesías que hay en el mismo, en el que dice que el viajero se llama «Camilo». Las poesías no suelen ser muy largas y están compuestas por versos de arte menor, teniendo algunas algo de rima y otras no.
En cambio, al protagonista, es decir, a él mismo, se refiere como el «viajero», palabra que repite 577 veces, y en ocasiones dos o tres veces en el mismo párrafo, algo que un premiado con los mejores premios de literatura nacionales e internacionales, debería haber sopesado.
Realmente no ha sido una de las mejores lecturas que he realizado en mi vida.