El autor narra una historia ficticia basada en personajes reales, y en ella entremezcla con gran habilidad situaciones reales que sucedieron, aunque no exactamente como las narra, con situaciones que nunca sucedieron y que hubieran sido muy difícil que sucedieran. Pero el resultado final es un libro que ahonda en la psicología, tanto en la psicología de las personas de manera individual, en este caso la de los dos protagonistas, Nietzsche y el profesor Breuer, como en la psicología en abstracto, la que se utiliza por los psicólogos en sus sesiones.
Uno de los pilares del libro son las sesiones que mantienen entre Nietzsche y Breuer, en la que finalmente se intercambian los papeles entre paciente y terapeuta.
El final es posible que quede un tanto «falto de sustancia», pero al ser una novela de historia-ficción, tampoco podía acabar la obra de una manera muy diferente, pues no debía ni podía alterar la historia.
A pesar de su enorme extensión, es una obra que atrapa y se llega a leer con cierta rapidez. Tan sólo hay un pasaje que lo encuadraría dentro de la irrealidad, y aunque podría decir que es algo mínimo dentro de la obra, realmente es el punto de inflexión de la misma.
De todas maneras, es un buen libro con el que los aficionados a estos temas estarán totalmente complacidos.