En la epopeya de Gilgamesh se aborda la historia de un rey tiránico, Gilgamesh, el cual se hace amigo de Enkidu. Tras crear esa gran amistad recorren mil lugares y pasan mil aventuras juntos, pero fatalmente Enkidu muere y Gilgamesh se embarca en la búsqueda de la inmortalidad, pero tristemente para él, no la encuentra, por lo que se ve obligado a reconocer y convivir con su mortalidad y además, a valorar su legado.
En la historia hablan de numerosos dioses y situaciones fuera de lo normal, pero para la época en que fue escrita, sería lo habitual. Esta epopeya se escribió a lo largo de varios siglos, y ha sido traducida por infinidad de personas, la traducción que leí yo fue obra de Agustí Bartra, y el mismo nos comparte que hay numerosas lagunas, es decir, espacios donde faltan versos, pues, aunque se cree que pudo llegar a contener unos 3500 versos, en la actualidad son bastantes menos. Además, Bartra hace uso de las versiones sumeria, hitita y asiria, para entre todas poder completar lo máximo posible este inmenso e impresionante poema.
Me llamó la atención que, hacia el final del poema, hay un largo pasaje en que se describe de manera clara un pasaje similar diluvio universal al descrito en la Sagrada Biblia, con Noé, aunque con otro nombre; animales y todo.