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Reseña literaria:
Al decir «La naranja mecánica», casi siempre viene a la cabeza la película de Stanley Kubrick, que en eta ocasión es bastante prescindible, y no la novela de Anthony Burgess que es una maravilla, y es una pena que así sea, pues a la película le falta el último capítulo del libro entero, y es en el que verdaderamente se concluye la historia, poniendo un punto y final magistral a una obra un tanto compleja y en ocasiones difícil de leer, tanto por el lenguaje «nadsat» que utiliza, como por la explícita crueldad que encontraremos en las páginas de la obra.
Como podremos comprobar con la lectura del libro, el último capítulo cambia totalmente la historia.
La obra es algo extraña y en algunos aspectos incluso psicodélica, pero narra de manera muy clara, aunque en algunos momentos algo exagerada, lo que pasa por la cabeza de los adolescentes, o bien, de algunos adolescentes, en esa montaña rusa de emociones que es esa época de la vida, y la posterior llegada a la madurez, donde los sentimientos parece que se asientan y por fin se acoplan a nuestro cuerpo y forman parte de él.
Una muy buena novela que hay que leer, pues es una de las grandes de la literatura mundial, y que, a buen seguro, no defraudará a ningún lector.
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